Existen varias fases para aceptar la muerte de nuestro gato espero este artículo os ayude a mitigar el dolor
No hay porque pasar por todas las fases pero puede que pasemos por alguna
Para todos los que tenemos un gato, la partida de este ser tan querido es algo más que solo perder a una simple mascota, es despedirnos en contra de todas las fuerzas de nuestro corazón de un amigo y compañero, que a pesar de poseer una individualidad bastante marcada siempre estuvo a nuestro lado en situaciones difíciles y nunca nos juzgó por lo que somos
No hay porque pasar por todas las fases pero puede que pasemos por alguna
Para todos los que tenemos un gato, la partida de este ser tan querido es algo más que solo perder a una simple mascota, es despedirnos en contra de todas las fuerzas de nuestro corazón de un amigo y compañero, que a pesar de poseer una individualidad bastante marcada siempre estuvo a nuestro lado en situaciones difíciles y nunca nos juzgó por lo que somos
Los que han perdido a un gato entenderán a la perfección que se vuelve muy necesario estar hablando constantemente de nuestra mascota y del sentimiento de ausencia que tenemos en el interior. A pesar de que haya personas dispuestas a escucharnos serán estos días los más duros y solitarios, cuando debemos afrontar cara a cara y a nuestra manera la pérdida. Empezarán una serie de días grises, oscuros, donde todo se vuelve relativamente igual, monótono, abrumador y sin sentido, y es aquí donde se va manifestando una serie de estados que debemos atravesar.
Negación
La primera etapa de todo duelo, sea una ruptura amorosa, la pérdida de algo importante, la muerte de un ser amado o la muerte de un gato siempre es la misma, estamos hablando de la negación. Esta fase del duelo inicia cuando nosotros no aceptamos la realidad que tenemos frente a los ojos, cuando negamos rotundamente que nuestro amado gato nunca más va a volver.
Ira
Este es el momento exacto cuando ya no podemos ocultar nuestro dolor ante el mundo, y la realidad que intentamos evitar se va escurriendo lentamente por nuestros poros. Por lo general nos enfadamos con los demás, desquitando toda la frustración que sentimos, hasta el punto de terminar descargando toda la cólera con nosotros mismos, esta etapa está muy ligada a la auto culpa.
Negociación
Después de la ira empezamos a crear acuerdos o tratos que nos alivie un poco el dolor, en esta etapa podemos decir que aún quedan pequeños residuos de negación en nuestro interior. Intentamos ver la situación desde múltiples perspectivas en torno a suposiciones del pasado, como por ejemplo: SI hubiera hecho esto o aquello todo sería diferente. Es muy normal, cuando sufrimos de una pérdida, que nos realicemos preguntas y autoanálisis de qué hubiera sucedido al actuar de maneras distintas a como lo hicimos. Pero esto es solo un alivio temporal que nos da la mente porque las cosas son como son, y no pueden ser de otra manera, aferrarnos a estos pensamientos no es saludable.
Depresión
Al igual que toda pérdida la depresión es uno de los factores clave en la larga carretera del duelo, porque es aquí donde nuestros verdaderos sentimientos salen a flote, recorren nuestro cuerpo dándonos la posibilidad de sentirlos más intensamente, ayudándonos al proceso de superación. En esta etapa es muy normal sentir miedo, tristeza, angustia, llorar con todas nuestras fuerzas, pero nos empezamos a dar cuenta de la realidad, de que debemos empezar a vivir sin nuestro gato al lado.
Aceptación
Esta es la etapa final del largo y oscuro camino que hemos recorrido. Aquí logramos aceptar por completo la pérdida de nuestro felino, empezamos a estar en paz con nosotros mismos y de vivir con la ausencia de ese ser que nos dio tantas alegrías. Nuestra vida empieza a tener un ritmo mucho más tranquilo sin dejar de tener al amado gato en nuestros corazones. La sanación de este duelo es bastante importante para seguir adelante con nuestras vidas y poder recordar a ese grandioso amigo con mucho amor.
Todos sabemos que hay animales, tanto gatos como perros y otros que no la pasan nada bien por dueños inconscientes, o porque simplemente están por ahí, tirados en la calle con frío y hambre. Una buena manera de sanar nuestro dolor y hacer algo bueno por otros, puede ser dar donaciones a entidades que ayuden a los animales en situación de calle. Así, ayudarás con un pequeño grano de arena a tantos animales que buscan un hogar o simplemente desean un plato de comida. Haciendo esto rendirás tributo a tu gato ya que te preocupas por ayudar a otros, creando así una energía positiva tan fuerte que te hará sentir realizado y mejor contigo mismo.
Tu gato nunca será sustituido
Tanto las personas como los gatos son irreemplazables, porque el lazo que llegamos a rear con ellos es único e indestructible. Por eso, nunca intentes remplazarlo con un nuevo gato esperando buscar en él lo que el anterior tenía, esto puede ser perjudicial tanto para ti como para tu nueva mascota, debido a que no podrás ver todas sus cualidades. Cada gato es único, con diferentes personalidades muy particulares las cuales no podrás disfrutar si estás centrado en encontrar a tu antiguo minino en casa paso que da el nuevo.
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